Diversidad y máximo impacto para la Inteligencia Organizacional
Pierre Levy
“Nadie lo sabe todo, todo el mundo conoce y sabe algo, el conocimiento está en la humanidad»
La diversidad impulsa la innovación, mejora la rentabilidad y garantiza la sostenibilidad de las organizaciones al potenciar uno de los recursos más valiosos: la “inteligencia colectiva”, que surge a partir de la colaboración de personas diversas. Howard Bloom establece que es necesario fomentarla para optimizar el pensamiento en grupo y disminuir los sesgos cognitivos individuales.
Una organización es inteligente si es capaz de poner en valor toda la información disponible en la misma y crear el conocimiento necesario para tomar decisiones que coadyuven al logro de sus objetivos. Esto requiere posibilitar y aprovechar cualquier contribución potencialmente útil de cada miembro de la organización.
La diversidad no es una cuestión cuantitativa o de representatividad, sino de participación y aportación de las diferentes visiones en igualdad de oportunidades.
No nos interesa tener más personas jóvenes porque son jóvenes sino porque aportan una perspectiva de la realidad, unos valores y unos conocimientos y actitudes que son necesarios para afrontar los retos que la empresa tiene. Tampoco sirve de nada tener un 50% de personas jóvenes en plantilla cuando se limita su participación en las reuniones, los proyectos o la toma de decisiones, porque están reservadas a personas con más edad y experiencia.
Si queremos que la diversidad impacte positivamente en la inteligencia organizacional no podemos quedarnos en lo superficial, lo visible, en las diferencias que se detectan a simple vista (raza, sexo, edad…).
Tenemos que entrar a lo profundo, que tiene que ver con diferencias de valores, creencias, pensamientos e ideas. La diversidad superficial es fácilmente identificable, la segunda no y en ella reside la verdadera riqueza y valor para una organización.
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